‘La Noche Temática’ cierra su emisión con el documental ‘La pesadilla de los residuos nucleares’, una producción francesa de 2009 dirigida por Eric Gueret, de 76 minutos de duración y producida por Bonne Pioche y Arte France.
¿Qué ocurre con los residuos de las centrales nucleares? El destino de estos materiales radiactivos fue durante mucho tiempo el mar. Los habitantes de pueblos enteros acaban enfermando y muriendo por la radioatividad procedente de ríos y tierras de cultivo contaminadas por los desechos nucleares. El documental presenta los resultados de una investigación sobre la gestión de residuos nucleares en EE.UU., Rusia, Alemania y Francia. Los autores Eric Guéret y Laure Noualhat estuvieron acompañados por los técnicos del laboratorio francés independiente de control de la radiación, CRIIRAD. Ellos han detectado y medido la radiación en muchos lugares como el río Columbia de EE.UU. o la fábrica de plutonio francesa llamada planta de reprocesamiento en La Hague. La industria nuclear francesa asegura que el 96% de los materiales nucleares son “reciclados” a través del sistema de reprocesamiento. ¿Dónde va el uranio de las centrales nucleares? La empresa AREVA declara que la mayor parte del uranio reprocesado es enviado a Rusia para enriquecerlo, sin embargo parece ser que la realidad es otra y que gran parte de este uranio queda depositado y sin ningún destino.
Contenedores con hexafluoruro de uranio (UF6), procedentes de Francia, fueron descubiertos dentro del territorio de Complejo Químico de Séversk, la factoría de reprocesamiento nuclear conocida con el nombre de Tomsk-7. Al aire libre, sin protección «Los contenedores llegaron por mar desde Le Havre hasta San Petersburgo y, desde allí, por tren. Se encuentran ahora al aire libre, sin ninguna protección, a menos de un kilómetro de una fila de edificios en donde vive gente», asegura Alexéi Tóropov, responsable regional de la Agencia Ecológica de Siberia (SEA). Séversk, localidad situada a diez kilómetros de Tomsk, tiene una población de 120.000 habitantes y sigue estando considerada «ciudad cerrada», como en la época soviética. Para acceder a ella hay que disponer de un pase especial, incluso para los ciudadanos rusos. La planta de Tomsk-7 fue en su día la mayor factoría del mundo para la producción de plutonio, elemento fundamental en la fabricación de bombas atómicas. Su último reactor dejó de funcionar hace cinco años. Pero las autoridades rusas niegan que las vagonetas que hay en Tomsk-7 lleven en su interior residuos nucleares. El vicegobernador de la región, Serguéi Tochilin, llama «materia prima» a lo que hay dentro de los contenedores. El portavoz de «Rosatom», la agencia nuclear rusa, Serguéi Nóvikov, sostiene que «el hexafluoruro de uranio no es un producto de desecho y se puede almacenar al aire libre como se hace también en EE.UU. y en Europa». Este traslado de materiales radiactivos plantea varias cuestiones: la seguridad de su transporte durante 8.000 kilómetros, la seguridad de su almacenamiento y la eficacia de su recuperación.
Fuente: ChemtrailsSevilla / Infoguerras2